Me paso la vida sin hacer nada útil, cultivando unos pocos amigos, admirando a unos pocos hombres
y levantando con eso un castillo de naipes que se me derrumba cada dos por tres PLAF!
Todo al suelo. Pero recomienzo, sabe uste, recomienzo….
La vida es eso, un recomenzar, después de cada fracaso, de cada decepción, de cada pérdida… tenemos que levantarnos, sacudir el polvo de nuestros hombros y con una cicatriz nueva, presumiendo orgullosos de la batalla finalizada, rugir y salir de nuevo al campo de la vida. Y no importa si hemos ganado o perdido esa batalla, lo importante, lo verdaderamente importante es que hemos salido de ella y estamos decididos a entrar en otra, con más fuerza con más experiencia.
Sé que a veces el cansancio de la pelea nos obliga a postergar el poder levantarnos, entonces lo imporante es mantener un tiempo de recuperación. Es igual que cuando nos ataca un virus, a veces pensamos que podemos con él y seguimos batalleando una y otra vez, animicamente algo más cansados, débiles y susceptibles de tropezarnos a cada paso que damos, hasta que, o bien lo superamos o bien él puede con nosotros y tenemos que parar para curarnos. Pero es eso, solo un parar, no un estancamiento o bloqueo permante. Porque cuántas veces no nos pensamos que ese tedioso virus a podido contra todo nuestro sistema inmunológico y nos ha hecho un jaque mate. NO ERROR! vale, ha sido un jaque mate en esa partida pero siempre podemos recomenzar.
«Es imposible»- Dijo el orgullo-
Es inseguro. Dijo la experiencia.
Es inútil. Dijo la razón.
Inténtalo. Susurró el corazón».
De tanto darle tiempo al tiempo, a veces se nos pasa va la vida.
Estamos rodeados de nuevas oportunidades a cada paso que damos, solo que estamos tan centrados en nuestros virus físicos y emocionales que nos bloqueamos, y entonces pasa lo que yo vengo en llamar la pérdida de nuestra vida. Entonces, de tanto darle tiempo al tiempo, a veces se nos pasa la vida. Esperando. Esperando una várita mágica que nos arregle este caos, esperamos conseguir por arte de magia, pronunciando el «abra cadabra» de «Por favor, por favor…» un trabajo nuevo, un amor nuevo, una vida nueva… pero nosotros solo queremos ser espectadores de ese truco final de nuestras vidas, que se lleve a cabo y que digamos «WUAA!» No señores, hay que levantarse, y ponerse en acción, ¿Quieres un trabajo mejor?, pues reinventa tus posibilidades, lucha por lo que te mereces, ponle cara a las adversidades y pídele lo que te mereces. ¿Quieres un nuevo amor? que alguien timbre a tu puerta como Avon y te diga «Oh, amor de mi vida por fin te he encontrado» ja! el amor no funciona así, no esperes encontrarlo así, tampoco digo que lo vayas a encontrar tomándote esa última copa en la discoteca, o apuntándote a alguna página de contactos, o en el gimnasio entre serie y serie… sinceramente nadie sabe donde lo vas a encontrar, igual no te has fijado y ya lleva un buen tiempo parado delante de ti pero no lo has visto porque estás tan ocupado, tan distraido buscándolo en el lugar equivocado que no te has dado cuenta que ya está ahí esperando a que lo quieras. ¿Quieres una vida nueva? Primero antes que nada debes saber qué vida quieres, porque si no no vas a saber qué hacer para salir a por ella. Consejo. Deja de envidiar la vida del vecino, sí! esa que tu crees tan perfecta porque seguramente él esté envidiando la tuya. Simplemente céntrate en la tuya. Haz esto:
Haz una lista de las cosas que te hacen feliz / Haz una lista de las cosas que haces todos los días
Compara las listas y ajústalas para que concuerden.
Recomienza a vivir tu trabajo, tu amor, tu vida. Desbota lo que no te sirve, lo que te hace infeliz, prueba a arriesgar. Al final sentirás un gran alivio, una piedra menos en esa pesada mochila que arrastras de un lado para otro y te impide saltar, danzar, correr tras tus metas.
«No te aferres al pasado ni a los recuerdos tristes, No reabras la herida ya cicatrizada. No revivas los dolores y sufrimientos antiguos. ¡Lo que pasó, pasó! De ahora en adelante, pon tus fuerzas en construir una vida nueva, orientada hacia lo alto y camina de frente, sin mirar atrás. Haz como el sol que nace cada día, sin pensar en la noche que pasó».
Renuncia
Existe un punto de inflexión en la rigidez del Ser al que se accede a través de la renuncia. Esto sucede cuando se avanza hacia una nueva etapa en el avance, cuando hay que dejar ir lo viejo para darle entrada a lo nuevo, sea en la vida material, como también en la sexual, en la creatia, en la emocional y en la intelectual.
La vida avanza y se transforma. Para ello necesitas de la renuncia, para poder entrar a la próxima etapa, para liberarse de pensamientos antiguos, de emociones caducas, de deseos degradados, de necesidades absurdas. Toda etapa pasada debe morir para que nazca la nueva, y cada nacimiento es un devenir que incluye la experiencia pasada. La renuncia es ese puente entre etapas.
Para descubrir como se nada en el mar, hay que salir de la pecera. Has de saber, y no olvidar nunca que aquello que hagas con tu tiempo, lo haces con tu vida, así que elige bien.
HUBO UN TIEMPO EN QUE:
pensé que no podía… y no pude.
creí que no sabía nada… y nada supe.
pensé que no tenías fuerzas… y flaqueé.
subestimé mi capacidad… y no fui capaz.
LUEGO APRENDÍ:
que si creo que puedo… puedo.
que sé más de lo que ni siquiera imaginaba.
que tengo las fuerzas que decido tener.
que no hay carga que mis hombros no puedan soportar.
que puedo llegar a donde yo me lo proponga.
Que nada ni nadie te frene. Confía en ti. Mira a la vida de frente como ese león que ruje en tu interior, dejálo salir. Enfrentáte a las difultades y problemas con la mirada firme, con la actitud de desafío. Pero no huyas, no te escapes, no corras, no pretendeas encontrarte o encontrar todo lo que quieres porque todo está ahí, parado frente a ti para que lo tomes. Solo tienes que hacer eso. Tener el coraje de tomarlo. Asumiento las consecuencias de la libertad que tienes al decidir tomarlas o seguir parado en el suelo quejándote de que la vida es un desastre sin sentido. Busca tu propio sentido. Un sentido de la vida que solo podrás calzarte tú. El que tiene tu talla. No el que los demás traten de imponerte o tentarte.
Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismo lugares. Es el momento de la travesía, y si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos»
FERNANDO PESSOA.
¿A qué esperas? Venga, no sé… vende tu coche compra un billete de avión, viaja, conoce, enamórate… pero por favor, nunca regreses a tu estado de quietud anterior. P hazme caso en una cosa tan sencilla y hoy, sí ….
Pero de todo lo que te he dicho, hoy, hazme caso sólo en una cosa y…
Recomienza
Tocas varios palos en el artículo pero yo me quedo con la frase «De tanto darle tiempo al tiempo, a veces se nos pasa va la vida». ¡Qué gran verdad! Vivimos tantas veces esperando lo que vendrá que se nos olvida disfrutar lo que tenemos.
Aunque hay mucha gente que, como dices, espera que las cosas cambien solas, cosa poco probable.
Creo que lo ideal es una mezcla: hay que mirar al pasado para aprender de las experiencias (de los errores pero también de los aciertos), hay que mirar al futuro para poder elegir el camino a tomar antes de emprenderlo. Pero sobre todo, hay que mirar al presente para disfrutar el momento y no andar perdidos siempre entre lo que fue y lo que será.
PD: me ha gustado tanto la organización de tu blog que ya hemos recomenzado unos cambios en el nuestro.
Totalmente de acuerdo contigo, siendo conscientes de la vida y de su sentido, pasaremos por ella en constante aprendizaje y no ella por nosotros. Me encanta esta frase del Quijote: «Muere cuerdo. Vive loco». Vivamos!
Gracias por tu comentario y por seguirme, me alegra que te haya gustado el diseño de mi blog y sirva de inspiración para la tuya.