Aquí todos tenemos miedo.
Miedo de lo que hay
en nuestro interior,
miedo de lo que hay en el
interior de los demás,
miedo de lo que hay fuera.
Nos asustan los cambios.
Nos asusta quedarnos igual.
Nos aterroriza cualquier cosa fuera de lo corriente,
o un cambio en la rutina.
Todo el mundo quiere ser distinto,
pero esa es la mayor amenaza.
¿Qué somos, pues?
Vivimos en un mundo muy peligroso.
.-La historia del loco.-
No hay realidad más evidente, que negar que todos tenemos miedo. A veces simplemente te da miedo tener miedo, porque sabes que el miedo lleva aparejado el dolor, el sufrimiento, el desasosiego, la incertidumbre. El miedo a tener miedo es sin lugar a dudas uno de los círculos viciosos en los que te puedes quedar atrapado. Hazte una pregunta, y ¿Que harías si durante un día no tuvieras miedo? Y qué te parece si te digo que tu objetivo en la vida no es vivir sin miedo, sino aprender a vivir con ellos. Aprender a abrazarlos.
El miedo es un mecanismo de defensa instalado en nuestro cerebro: actúa como una alarma. Cuando percibimos algún estimulo de los que tenemos catalogados como peligrosos, la señal se activa y el miedo nos inunda. Sobrevivir es lo más importante aunque a veces pensemos que lo son otras cosas, pero el resto de las prioridades dejan de tener sentido si no logramos seguir vivos. Por lo tanto, para sobrevivir es importante e imprescindible tener miedo.
Algo bien distinto, es cuando sufrimos miedos irracionales. Recuerda que tener miedo es natural, pero vivir atemorizando por miedos irracionales no lo es. El problema surge cuando los miedos bloquean la razón, cosa que sucede con más frecuencia de la deseada.
Geral Hüther en su libro «La biología del miedo», nos explica cómo no tenemos a nada tanto como a nuestros miedos. Sin embargo, es precisamente este miedo, con sus distintos matices, el que nos pone en movimiento, tanto emocional como intelectual. Sólo tenemos que ser capaces de encontrar el límite entre los miedos racionales e irracionales, los «miedos amigos» y los «miedos enemigos».
Sean o no racionales o irracionales, lo que está claro es que los miedos nos provocan un gran malestar, por lo que te propongo algo, aprende a vivir con ellos, cambia la relación que tienes con tu miedo. Abraza tus miedos. Lo primero que debes saber es que no puedes vivir sin miedo porque eso significaría que has dejado de luchar por todo aquello que quieres. Si en tu vida ya no sientes miedo es que te has conformado con la vida que estás viviendo, has dejado de avanzar, el miedo sigue ahí pero ha dejado de ser importante, porque has dejado de luchar. Cuando aprendes a vivir con miedo sabes que no puedes elegir tus emociones, pero si sabes qué hacer con ellas, aprendes a tomar decisiones a pesar del miedo.
Si no tuvieras miedo ¿Qué harías?
Si alguien tuviera el poder de darte una píldora mágica para calmar tus miedos ¿Qué parte de tu vida cambiarías? Si no estuvieras tan preocupado por ser prudente y evitar riesgos ¿Qué cosas que nunca has hechos empezarías a hacer? ¿A dónde viajarías? ¿A quién te atreverías a invitar a salir? ¿Qué dirías? ¿Cómo te cambiaría el hecho de no tener miedos? ¿Quien crees que podrías llegar a ser?
La respuesta a estas preguntas revelan cuánto nos cuesta vivir una existencia basada en el miedo. Esas respuestas demuestran cuán diferente podría ser tu vida si estuvieras más relajado y confiaras más en ti y en lo que puedes hacer, si tan solo dejaras de tener miedo a equivocarte, de fallar, de no ser suficiente, de decepcionar, de no merecer las cosas.
Si a mí, me preguntaran ¿Que haría si no tuviera miedo? Mi respuesta sería un rotundo ¡Todo!.
Como digo siempre, hazlo todo. Y si te da miedo. Hazlo con miedo pero ¡Hazlo! Debes darte cuenta de que todo lo que realmente quieres, sueñas o deseas está al otro lado del miedo, solo tienes que cruzar el muro. En la vida es necesario arriesgar, la vida es demasiado corta como para vivirla inmovilazados por el miedo. Convierte tu muro en un peldaño. Abre las rejas de la cárcel de tus miedos. Y recuerda solo hay una cosa más triste que vivir en la cárcel del miedo, vivir cuando la puerta está abierta.
El miedo debe servirnos para anticiparnos, nunca para vivir de la forma en la que él nos dicta. Lo ideal es una sensación que nos muestre el precipicio pero sin seguir la flecha. El miedo te hace sentir un ser inseguro e incapaz. De hecho, a veces te lleva a olvidar de todas las cosas que sí eres capaz de hacer, y a las que te enfrentas diariamente. El miedo se convierte en ese gusano que se mete en la manzana y hace podrecerla, te concude a percibirte como una persona que está inmovilizada, atada de pies y manos, sin poder actuar. Y sabes que eso no es cierto. Esa es una creencia irracional. Por eso es muy importante que pienses en todas aquellas cosas que has logrado que te han fortalecido y han forjado tu caracter. No seas tacaño en el reconocimiento de tus propios valores. También es importante que aprendas a identificar tus miedos. Ponte frente al espejo y pregúntate ¿A qué le tengo miedo?
No le tienes miedo a la oscuridad
le tienes miedo a lo que hay en ella.
No tienes miedo a las alturas
tienes miedo a caer.
No tienes miedo a la gente que te rodea
tienes miedo al rechazo.
No tienes miedo al amor
tienes miedo a no ser amado.
No tienes miedo a dejar ir
tienes miedo a aceptar la idea de que ya se fue.
No tienes miedo a intentar otra vez
tienes miedo a ser lastimado por la misma razón otra vez.
Visualiza tus miedos, y visualiza cómo sería tu vida si no los tuvieras. Haz una lista de todo lo que podrías ganar. Pero lo más importante ponte en acción para lograr abrazar tus miedos. Si en verdad quieres dejar atrás ese miedo que te paraliza, el único mandamiento que no debes incumplir es este: Nunca, por ninguna razón, te quedes pasivo frente a lo que te causa miedo. Niégate a ser víctima del miedo, asume que siempre, por difícil que sea, tienes todas las armas para dar una respuesta frente al miedo. Recuerda que en la mayoría de los casos, lo único realmente difícil es tomar la decisión de abrazar el miedo. Una vez que lo consigas abrazar te darás cuenta que todo estaba en tu mente. La realidad es que tú puedes tener el control de tus miedos, de igual modo que tienes el control sobre tu vida, puedes controlar tus miedos. Quizás no puedas controlar todos tus miedos, pero sí puedes controlar cómo reaccionar ante ellos. El miedo nunca puede desaparecer del todo pero puede adiestrarse, convertirse en algo manejable, aprendiendo a gestionar lo que sentimos, a trabajar nuestra autoestima y para ello es importante, muy importante, que eduquemos a nuestros hijos en la cultura del no miedo.
Cuando éramos pequeños nuestros padres nos decían «ten cuidado» a nadie nos decían «arriésgate». A esto me refiero, estamos educando a nuestros hijos en el miedo al fracaso, el miedo a intentarlo, en el miedo a hacer… El miedo de hacerlo mal nos lleva a hacerlo mal.
No le digas a tu hijo: «¡Cuidado! No te vayas a caer.
Dile: «¡Atención! Conserva el equilibrio».
Si dejamos germinar el gusano de miedo desde la raíz, los frutos serán manzanas podridas. Si dejamos, que el miedo venza, que el monstruo nos domine y nunca tratamos de enfrentar las situaciones que nos atemorizan, ese miedo cada vez será más grande y nos hará sentir más inseguros en más áreas a lo largo de nuestra vida. Supera tus barreras y sobrepasa tus miedos. Adiestra tus miedos. Míralos, conócelos y diles: «A pesar de que estás aquí yo voy a vivir mi vida como yo decida». Te sorprenderás del efecto que esto produce sobre ellos al cabo del tiempo. Acaban siendo «miedos amigos» que ya no asustan, con los que ya no da miedo convivir.
Valentía para abrazar tus miedos
El miedo puede ser terrible, es un sentimiento capaz de acobardarnos, es una fuerza natural que puede infundirnos tal respeto, que provoca que seamos unos seres esclavos de él, sumisos, incapaces de reaccionar, ya sea por el miedo a perder algo, un amor, el empleo, el miedo al que dirán… Todos tenemos miedo a algo. Sin embargo, frente a la fuerza arrolladora del miedo debemos ser conscientes de que con coraje podemos hacerles frente. Es importante para transitar por el camino de la vida, conseguir abrazar nuestros miedos. Pero solo hay una forma de hacerlo, y es teniendo valentía para enfrentarse a ellos. Para abrazarlos tan fuerte que se conviertan en tus amigos, en tus aliados. Solo la persona que es capaz de mirar a la cara de sus miedos más íntimos y superarlos, reunirá el valor suficiente para ser feliz en su vida.
Nunca debemos pensar que hay gente que no tiene miedo. Como dije al principio, TODOS tenemos miedo. Es un sentimiento natural, inherente al ser humano, y todos nos los hemos encontrado alguna vez en nuestras vidas, disfrazados con distintas máscaras, pero todos hemos vivido en el carnaval de los miedos, en mayor o menor tiempo pero todos nos hemos tropezado con ellos. Pero, recuerda no es un valiente quien no lo conoce, sino quien lo supera.
«El coraje no es la ausencia del miedo, sino el juicio
de que algo es más importante que el miedo».
.- Ambrose Redmoon.-
Hoy en día, en nuestra sociedad son muchos los miedos a los que nos enfrentamos. Algunos racionales, otros más irracionales, pero ¿quien no tiene miedo a perder su trabajo? ¿a quien no le asusta perder a un ser querido? ¿quien no teme perder todo por lo que ha luchado?.
Nos han inculcado, como comentaba antes, desde nuestra infancia una serie de miedos a través de mensajes cotidianos y a priori inofensivos, pero que han instalado en nuestras mentes el concepto del «miedo» como algo terrible. Y lo que es peor, estos mensajes no solo nos atemorizan y nos hacen transformarnos en seres débiles y amedrentados sino que están logrando que olvidemos que nuestra valentía innata puede hacerles frente y superarlos. Abrazarlos.
«El éxito no es el final, el fracaso no es fatal: es el coraje
para continuar lo que cuenta»
.- Winston Churchill.-
Sin embargo, solo abrazando todo tipo de miedos, conseguiremos sentirnos bien con nosotros mismos. Solo así lograremos ser las persona que somos en realidad, esa para la que hemos nacido. El verdadero miedo al que tenemos que temer, es la incapacidad para superar los miedos que nos enturbian el alma, contaminan nuestra mente y paralizan nuestra vida, impidiéndonos avanzar con libertad. No te dejes intimidar por tus miedos, y cada día cuando te levantes por la mañana vístete con tu traje de valiente y deja el de cobarde debajo de la almohada. Recuerda que tu vida es tan maravillosa como tú decidas construirla y vivirla, y tu valor te define como persona. Así que, abraza tus miedos, cada día, levanta la cabeza para demostrar tu orgullo y tu fuerza. La vida es como una lucha de leones, levanta la cabeza, hecha los hombros para atrás, camina con orgullo, no te lamas las heridas, celébralas, las cicatrices del cuerpo son las marcas del campeón, has estado en una pelea de leones, que no hayas ganado no significa que no sepas rugir. Usa todo el coraje del que seas capaz para hacer frente en la lucha contra tus miedos, pues no hay mayor temor que el no poder afrontar los miedos, no encontrar la valentía para derrotar el miedo, para finalmente abrazarlo.
El miedo es tu aliado
El miedo no siempre nos proporciona una reacción de huida, pues somos nosotros los que podemos elegir como manejar esa energía de «huida» que lleva aparejada el miedo. Podemos convertirla en nuestra aliada, en una fuente de motivación para enfrentarnos a situaciones que de otra forma nunca haríamos. Tú decides si el miedo te paraliza o te impulsa hacia adelante.
«Con el miedo tu cuerpo te está dando combustible para que pases a la acción, huya
o te paralices. Tú decides.
.- Pau Navarro.-
El miedo bien utilizado puede ser tu gran aliado para provocar cambios beneficiosos para tu vida. Por lo que el miedo puede, incluso, llegar a ser positivo, ya que te despierta, te alerta y te advierte.
Así la posibilidad de transformar el miedo en tu aliado puede convertirse, si eres capaz de materializarlo, en un logro genial, de manera que puedas valorar las indicaciones que te muestra sin obedecerlas ciegamente. Sentir, esa alerta como presente y real, pero hacerle frente y saber transitar por ella.
Al fin y al cabo, si no existiera el miedo tampoco existiría la sensación de triunfo. Evitar el miedo, es evitar el triunfo. Y lo que es peor, evitar ambos, significaría evitar la vida, por el mero hecho del miedo a vivir. Permítete experimentar el miedo y aprende a hacerlo tu aliado, permítete aprender a a vivir sin miedo.
Sigue adelante, si no diera miedo no valdría la pena
No tengas miedo a vivir, pues el miedo a vivir es una limitación absoluta, es como mirar la vida pasar desde tu ventana y no saltar a vivirla. La vida es básicamente alcanzar los sueños que te van surgiendo. El deseo es aquello que nos permite seguir, es el motor para continuar. Desear es lo mismo que tener esperanza, objetivos, metas, sueños. Cuando una persona lucha por lo que desea, el miedo no puede limitarlo, pocos serán los obstáculos que lo paralicen porque la gasolina de su motivación lo empuja hacia delante. Sin embargo, aquellos que se quedan paralizados, sin dar un paso, acomodados en su zona de confort, acostumbrados tanto a lo que hacen, piensan, sienten y tienen, el miedo solo los llevará a paralizarlos más, porque tendrán miedo a perder todo lo que han conseguido. El cambio no se ve como una oportunidad, todo lo contrario para alguien invadido por el miedo a salir de ese estado adormecido en el que se encuentra, el miedo equivale a salir de un ficticio estado de bienestar. Pero a la larga, será ese supuesto bienestar el que los limitará. La absoluta resistencia al cambio es una señal de que el miedo domina tu vida. Nos han dicho que soñar es un acto reservado para los idealistas. Muchos renuncian a sus sueños porque piensan que es un síntoma de inmadurez, cuando en realidad esa filosofía de conformismo la promueven solamente las personas que le tienen miedo al fracaso, o al error. Y en la vida se trata de fracasar. Me decían hace poco, «Fracasa más, fracasa mejor». No se dan cuenta de que, quizás, uno de los más grandes fracasos puede ser el no intentar vivir mejor, solamente por miedo.
No tengas miedo de los cambios. Solo ten miedo de permanecer inmóvil. A veces para conseguir sueños hay que negociar con el miedo. Hay que vivir con ellos. La sensación de miedo nos marca el camino a seguir, nos ayuda a seguir, nos motiva para seguir investigando ese camino que nos parece imposible recorrer de la mano del miedo, solo siguiéndolo, y abrazándolo podrás llegar al final; podrás alcanzar tus sueños. Podrás ser libre.
– ¿Por qué no puedo ser feliz?- preguntó, cómo dándole forma a un pensamiento que había expresado en voz alta.
– Has tenido miedo toda tu vida- respondió. Miedo de decir o hacer aquello. Miedo de no saber lo que espera la gente que seas. Y de nada sirve que te des cuenta del miedo que tienes si no eres capaz de mirar debajo de la cama para comprobar que no hay monstruos allí. Así que, haz esto: atrévete. Despierta mañana y sé quién has sido todo este tiempo, pero no le temas a lo que sucederá por ser quién eres, pues nada puede ocurrir cuando estamos disfrutando de la libertad que merecemos.
Permítete ser libre con tus miedos. Recuerda que en la mayoría de los casos, lo único realmente difícil es tomar la decisión de enfrentar los miedos. Una vez que lo logres, conseguirás vivir con el miedo como aliado. Finalmente te darás cuenta que sólo tenía miedo a tener miedo y eso era lo único que le permitía a ese monstruo crecer dentro de ti. ¡Vamos! a qué esperas, mira debajo de tu cama… Y recuerda, «El tamaño de tus monstruos depende del miedo que les tengas, disminúyelos, viven solamente en tu imaginación». Recuérdalo siempre, pero como te digo siempre, de todo lo que te he dicho hasta el momento, hoy, hazme caso sólo en una cosa y…
Abraza tus miedos.
Buen día me ha gusto
gracias por compartirlo.
Quisiera saber si esta parte «– ¿Por qué no puedo ser feliz?- preguntó, cómo dándole forma a un pensamiento que había expresado en voz alta.
– Has tenido miedo toda tu vida- respondió. Miedo de decir o hacer aquello. Miedo de no saber lo que espera la gente que seas. Y de nada sirve que te des cuenta del miedo que tienes si no eres capaz de mirar debajo de la cama para comprobar que no hay monstruos allí. Así que, haz esto: atrévete. Despierta mañana y sé quién has sido todo este tiempo, pero no le temas a lo que sucederá por ser quién eres, pues nada puede ocurrir cuando estamos disfrutando de la libertad que merecemos.» Es de tu autoria o algún libro?
Hola;
Muchas gracias por entrar en mi mundo.
Esa parte no es de mi autoría, desconozco ahora mismo de dónde procede pues a menudo hago anotaciones en mis libretas y olvido apuntar la fuente.
Como digo en la parte que hablo de este proyecto, para mi más importante que el autor, es el lector, y lo qué dice en ese momento para esa persona que lo lee… «no importa quien dice qué cosa… las palabras están muertas, sólo cobran vida cuándo las decimos, leemos o escuchamos…”
Un fuerte abrazo!