La vida comienza
donde termina tu zona de confort.
-.Anónimo.-
Imagínate que en este instante mientras lees este post, alguien entra en tu casa y te dice «Ey tú, venga calzáte tus zapatilas más cómodas, y simplemente sal a vivir nuevas experiencias, sal a vivir tu vida!» Cuál sería tú reacción, posiblemente la mayoría lo tachariáis de tarado y le darías con la puerta en las narices, alguno que otro intentaría entender «lo absurdo de tal propuesta», y los menos, aquellos a los que SÍ les gustaría salir a vivir su vida, le dirían algo como «si, pero… ¿es que solo puedo llevarme mis zapatillas cómodas? Y si te descuidas entrarías en una negociación infantil en la que tratarías de llevarte hasta el sofá… si, ese sofá tan cómodo que tiene tan bien formada la marca de tu trasero; pero a caso no te das cuenta que la vida no se negocia. La vida se vive.
Nuestra casa, nuestro hogar nos hacen sentir seguros, dan cobijo a nuestra estabilidad, pero limitan nuestras aspiraciones, fustran nuestros sueños, impiden que crezcamos en todos los niveles: el emocional, el sentimental y el intelectual.
Nuestra zona de confort, esa de la que todos hablamos, pero de la que pocos salimos, es evidente que nos da abrigo, y nos hace sentir seguros, pero es un abrigo y una seguridad ficticios creados a partir de nuestras propias limitaciones. Si quieres dejar de vivir limitado, tienes que aprender a desapegarte de tu zona de confort, o lo que todos vienen en decir ¡Sal de tu zona de confort!
«Si abandonas tu apego a lo conocido
estarás entrando al campo de todas las posibilidades»
.- Deepak Chopra.-
Esa zona metafórica en la que te mueves, en la que te relacionas, que puede ser buena o no pero en la que te sientes tan seguro, te está limitando un amplio abanico de nuevas posibilidades. Has de ser consciente, de que tú solo transitas por ella, por miedo a salir a otra zona en la que todo te salga mal, «y si todo te sale mal», sí, pero y «si todo te sale bien».
Hay personas que piensan, erróneamente, que si salen de su zona de confort, ya no podrán volver a ella. Que su zona de confort desaparecerá. Eso es falso. Al salir agrandarán su zona. Cambiar no significa perder lo que tienes, o lo que eres. Significa que añades. El cambio es desarrollo.
Recuerda que tu zona de confort no ha sido eliminado del mapa sino que ha crecido. Has entrado en la zona mágica.
¿Por qúe salir de tu zona de confort?
La mayoría de las personas a las que se le plantea la remota idea de salir de su zona de confort, contestan ¿por qué tengo que salir de una zona en la que estoy a gusto? Visto así, no tiene mucho sentido salir de ella. Sin embargo, si somos conscientes de que en nuestra zona de confort no todo nos gusta, no todo nos aporta, entonces nos daremos cuenta que si nos atrevemos a salir, ahí afuera hay nuevas personas, nuevas vivencias, nuevas experiencias aguardando por nosotros. El salir de nuestra zona de confort, provoca en nosotros un crecimiento personal, emocional e intelectual que nos llevará a tener mayores expectativas, aumentar nuestras habilidades y tener una vida más satisfactoria en todos los sentidos, sólo tienes que darte la oportunidad de salir a por ella.
«Dos caminos divergían en un bosque y yo tomé el menos
transitado de los dos: eso fue lo que cambió todo…»
.- Robert Frost.-
Estamos cómodos en nuestra zona de confort porque nos hemos acostumbrado a unos niveles tan altos de «falsa comodidad» que nuestros límites no se ven alterados. Reconoce, pues, tus límites y desapégate de tu aparente comodidad.
Salir de tu zona de confot te ayudará a tener una vida más rica en emociones, conocimientos y perspectivas. También podrás crecer y evolucionar, de tal forma que pases a ser una versión mejorada de ti mismo.
Si te preguntas cómo quieres que sea tu futuro, a lo mejor no sabes con certeza lo que quieres, pero si sabes lo que no quieres que te ocurra. En general, desde pequeños nos enseñan multitud de conocimientos, pero no nos enseñan los más importante, a confiar en nosotros mismos. Creer en ti y en lo que quieres, y luchar por ello no está muy bien visto en nuestra limitada y encorsetada sociedad, a menudo te pueden etiquetar de «lunático o soñador», para acabar diciéndote las típicas y estériles frases del tipo: «hijo, lo que hay que hacer es trabajar duro. Sacrificarse y resignarse. La vida hay que aceptarla tal y como es. Soñar despierto es una pérdida de tiempo». Ja! que la vida es lo que es, no perdone usted, no se confunda, no me confunda, la vida es lo que yo quiero que sea.
Curiosa historia que alguien fustrado y limitado debió inventar para impedir que los demás si consiguiesen lo que SÍ se puede conseguir. En realidad, en la vida hay que soñar, soñar con lo que quieres, la forma de conseguir tu meta es soñar y luchar por ello. Todo depende de lo que tu crees. Ahora es el momento en el que tienes que pararte a pensar qué hay y qué no hay de tus sueños en tu vida. Es algo que nos pasa a todos, nos pasamos la vida sumando días en los que no pasa nada, y no hacemos nada con esos días.
«Al final, lo que importa no son los años de vida,
sino la vida de los años»
.- Abraham Lincoln.-
Nos pasamos tanto tiempo en la estación viendo pasar los trenes que vamos dejando que se vayan vacíos los vagones de nuestros sueños. Las cosas buenas no suceden porque sí, suceden si las atraemos, si nos atrevemos a subirnos a esos vagones para llenarlos de vivencias. En realidad, la única forma de alcanzar nuestros sueños es poniéndoles fecha de caducidad.
Para poder avanzar tendrás que conseguir que tu motivación, la gasolina de tus sueños, salga victoriosa frente a tus miedos, tendrás que trabajar tus tensiones emocionales, especialmente tus miedos, los miedos que provocan salir de la zona de confort: miedo a fallar, miedo al ridículo, al qué dirán… Deberás reconocerlos y enfrentarlos. Deberás abrazar tus miedos. La forma de hacerlo es muy fácil, simplemente cree en ti. Tú eres el protagonista de tu vida, y probablemente lo que tú no decidas otros lo harán por ti. Por tanto, has de aprender a gestionar tus miedos, a abrazarlos, y a tomar las riendas de tu vida, esto te aportará una mayor confianza en ti mismo que se traducirá en una mayor autoestima y esta te dará una nueva visión de la realidad llena de oportunidades, así podrás elegir mejor cuál es tu objetivo, cuál es tu sueño, buscar un qué que te motive. En cuanto superes tus prejuicios limitantes, confíes en ti, y en tu sueño, y entiendas por qué y para qué lo haces, llegará el momento de desapegarte de tu zona de confort y salir a cumplir tus sueños, puede que al principio te sientas un poco desorientado, tranquilo, es normal, estás transitando por una zona nueva, que desconoces, no pasa nada, estás aprendiendo, estás avanzando hacia tu sueño. Vuelve siempre a tu zona de confort para coger las herramientas que necesites para ayudarte en esta nueva zona.
¿Cómo salir de la zona de confort?
Solo puedes crecer si estás dispuesto a sentirte incómodo durante algún tiempo. Más allá de lo que conocemos se encuentra nuestra zona de aprendizaje. Hay muchas personas a las que le gusta aprender y hacen diferentes tipos de actividades, se relacionan con distinto tipo de gente, salen con frecuencia a disfrutar de la vista de nuevos horizontes.
«Solo puedes crecer si estás dispuesto
a sentirte incómodo y torpe cuando
intentas hacer algo nuevo».
-. Brian Tracy.-
Estas personas, no están apegadas a su zona de confort y se dejan enriquecer por nuevas experiencias y aprendizajes. Sin embargo, también, hay personas a las que les asustan los cambios, y no hacen nada de lo anterior salvo que se vean obligados a hacerlo. Son prisioneros de su propia cárcel. No permitas, que casi sin darte cuenta, tu zona de confort se convierta en tu cárcel. Por si no te has dado cuenta todavía, hay más vida detrás de tu zona de confort, a veces, vivimos en esa «confortable cárcel», en una jaula de oro, y si no nos atrevemos a salir volando no seremos quien de darnos cuenta que el mundo está lleno de cosas nuevas, apasionantes y diferentes para nosotros.
«Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños»
-. Pablo Neruda.-
Los sueños no son un placer, son un motivo, una necesidad, un deseo a cumplir; si se quedan por siempre almacenado en nuestras mentes y corazones para lo único que sirven es para sentir nostalgia por lo que no hemos podido convertir en realidad. Llevar a la realidad lo que tenemos en nuestra mente requiere de mucho esfuerzo, de mucha valentía, es un reto gestionado por nosotros mismos. Debemos aprender a ser cada día lo que no somos, pero nos gustaría ser, solo así, el día menos esperado las cosas habrán cambiado para siempre. Cada vez que superemos nuestros retos por pequeños que sean, nuestra autoestima se elevará, aprenderemos, creceremos y maduraremos mucho como personas.
Hace poco leía un ejemplo que ilustra muy bien en qué consiste salir de tu zona de confort: es algo así como estar al borde de una piscina en la que todo el mundo está difrutando y que nosotros no nos atrevemos a saltar porque el agua está demasiado fría, hasta que quizás alguien nos empuja y decimos ¡pero qué bien estoy, cómo no me he metido antes!
¡Pues eso, salta a la piscina! Puede que no siempre tengamos alguien que nos de el empujón, así que permíteme que te de unos consejos que te «empujen a saltar»:
- Asume nuevos retos: por pequeños que sean márcate pequeños objetivos, da cada día un paso más hacia adelante, no te detengas, contempla el paisaje que te rodea pero no te quedes a vivir en él.
- Arriesga sin miedo: la vida está para vivirla no para pensarla, aunque sientas que el miedo pueda llegar a paralizarte recuerda que ya has aprendido a abrazar tus miedos. Para salir de tu zona de confort lo más importante en enfrentarse a tus miedos, solo así lograrás avanzar. Aunque pienses que en tu vida, en el camino de una zona a otra has fracasado muchas veces, recuerda que no han sido fracasos, han sido triunfos. Saber acoger el miedo, como un amigo, ya es más que un reto superado.
- Rodéate de gente dinámica, despierta, inquieta… : salir de nuestra zona de confort por nuestra propia cuenta, a veces, puede ser complicado, pero si hay alguien que comparta ese interés contigo puede hacerte el camino más fácil.
- Aprende a aceptar: cuando estamos en nuestra zona de conforte nos acostumbramos a que las cosas sena de una determinada manera. Cuando decidimos salir, no encontramos con aspectos que no podemos manejar o controlar. Sé flexible con ellos. Sé flexible contigo. Acepta lo que no puedes cambiar.
- Lee mucho y rodéate de personas con inteligencia emocional: leer nos abre horizontes nuevos, hay personas que tienen una inteligencia emocional innata, aprovéchate de ello, no pierdas el contacto con ellas, nútrete de sus «lecciones».
- Tómate tu tiempo, no te agobies:
«Si un hombre no guarda pasos con sus compañeros,
tal vez sea porque oye un tambor diferente.
Déjalo caminar a la música que oye.»
.- Henry David Thoreau.-
En definitiva, ¡Enfréntate a la vida de forma creativa! Siente el placer de saber cuando empiezas a luchar por tus sueños. Sé consciente de que eres responsable de tu destino. Pero lo más importante, no te obligues a nada, no tienes que llegar a ningún sitio si no quieres ir, ni tampoco tienes que llegar mañana, simplemente cada día levántate con la motivación suficiente como para dar un paso hacia tu nuevo camino.
«La mente que se abre a una nueva idea
jamás volverá a su tamaño original:
.- Albert Einstein.-
Coge el camino acertado
Tenemos miedo a los cambios porque a menudo nos empujan a salir de nuestra zona de confort. La incertidumbre y lo desconocido nos dan mucho miedo porque es imposible saber qué va a pasar, porque en las situaciones nuevas controlamos menos factores. Por ese motivo, el primer paso para recorrer el nuevo camino, el acertado, es superar el cambio con éxito, es aprender a gestionar nuestras emociones, sobre todo el miedo, y aceptarlas.
El miedo no debe ser un motivo para paralizarnos y quedarnos estáticos en la misma zona conocida y asfisiante toda la vida, sino que éste debe actuar como movilizador, como un motor que nos impulse hacia el cambio, que nos empuje a actuar, a tener curiosidad, a ser proactivos. Una vez que conozcamos nuestras emociones y cómo gestionarlas, y que sepamos cuáles son nuestra habilidades y cuáles son útiles para el cambio, ha llegado el momento de ponerlas en práctica, ha llegado el momento de coger el camino acertado que nos lleves a una zona de aprendizaje, y esta a una zona mágica, en la que tus días sumen.
Y recuerda, que el camino acertado es aquel en el que nos encontremos bien con nosotros mismos, en el que hemos logrado el equilibrio.
Depende enteramente de ti desapegarte de tu zona de confort e intentar alcanzar lo que en verdad deseas. Ese dicho del «no ya lo tienes» es mentira, como dice Pablo Arribas el «no hay que ganárselo», sería muy injusto para los que ni tan siquiera se han levantado del sofá a intentarlo. Quédate ahí, en el sofá, y la respuesta, evidentemente siempre será uno no, pero sé valiente y vete a por el SÍ ¿a qué esperas? ¡Ve a por ellos!
«No mires el reloj,
haz lo que él hace. Sigue moviéndote»
.- Sam Levenson.-
En otras palabras, no tendrás solo ese sofá mullidito en el que ahora te sientas, si no que tendrás muchos más en los cuales sentarte ¡Venga a que esperas! ¡Coge tus cómodas zapatillas y sal a vivir tu vida!
Pero como te digo siempre, de todo lo que te he dicho hasta el momento, hoy, hazme caso sólo en una cosa y…
Desapégate de tu zona de confort.