«Soy pésimo partido y no es noticia fumo demasiado, bebo lo que que puedo y necesito tu ayuda inestimable para cometer errores nuevos.
No soy el primero en descubrir la polvera entre tus piernas pero me quemo feliz los dedos al encenderla. Me canso al subir las escaleras pero algunas noches me siento tan ligero al trepar tus cordilleras que en la cima no planto banderas sino besos.
No he delineado el puente inagural de tus suspiros pero tú y yo sabempos que bajo ese puente vivimos. Mis bolsillos envidian a mi pulmones, llegaria a fin de mes si los días tuvieran cinco días y menos domingos por la tarde. Me muero algunos jueves a las siete y resucito cuando me despiero y me miras.
No voy a deslumbrarte con fuegos ni promesas pero le soplo palabras a tu cuello y él sabe que son torpes y ciertas.
No creo que seas mi último tren porque éste será el que descarrile.
Te miro como a un tren al que subirme para viajar con destino a lo que toque y seguir tocando mientras quieras.
En resumen, no soy un caballero en busca de princesa sino un viejo caballo mal domado que paga muy poco en las apuestas y no ha ganado aún la mejor de sus carreras.
Pero si quieres cabalgar tocando el horizonte con las manos más allá de cualquier meta agárrame que vamos».
Lo amé por simple,por genuino y por sincero