Estoy a tu lado, soy tu amiga, tu pareja, tu familia, la persona que te quiere, o soy una persona que no conoces pero que está dispuesta a ayudarte. A veces, podemos distanciarnos o quizás no nos conocemos, pero la realidad es que hay un lazo que nos une, que existe o que lo podemos crear, no importa. Si te caes te levanto, te ayudo a caminar y si no logras caminar me siento junto a ti.
Te comprendo, me fundo en tu piel, en tus pensamientos, sé quién eres y no desvelo tus secretos, me conoces y me proteges, sentimos la conexión de nuetras almas, compartimos una vida, sonreímos con sólo mirarnos, nos caemos y nos levantamos.
El significado de dar amor
Si veo que lloras, te digo que lo siento y me marcho, no te estoy dando amor. Si les pago a mis hijos sus estudios pero les ignoro, no le estoy dando amor. Si veo a mi pareja con problemas y le compro un coche, no le estoy dando amor.
Dar amor significa mucho más. Ayudar a alguien es ponerse en su lugar, sentir su sufrimiento, su pesar, su tristeza como algo tuyo y hacerle notar a la otra persona que estás ahí, que vas a impedir que se caiga, y que si se cae la vas a levantar. La ayuda a otra persona debe partir de un gesto altruista y pensado para otro no para nosotros.
Pero el amor no sólo se da a quien conocemos, sino que lo podemos dar a otras personas que son desconocidas y lo necesitan. Es el amor como una mano extendida en forma de ayuda, de apoyo.
Los beneficios de ayudar a los demás
Ayudar a los demás no sólo beneficia a las personas a las que prestamos nuestro apoyo, sino que nos ayuda a nosotros mismos en muchos aspectos y nos hace evolucionar como personas. A continuación os detallamos algunos beneficios que se producen cuando ayudamos a otra persona:
Alarga la vida
Según un estudio publicado por la revista Health Psychology las personas que practican actividades de voluntariado viven durante más tiempo que aquellas que no lo hacen, siempre y cuando el motivo por el que actúan sea ayudar a los demás y no “la satisfacción personal”.
Sara Konrath y varios de sus compañeros de la Universidad de Michigan (EEUU) llegaron a esa conclusión después de estudiar a unas 10.000 personas de diferentes edades y comprobar que en un plazo de cuatro años las posibilidades de sobrevivir eran un 3% superiores entre aquellos que practicaban el voluntariado.
El fundamento científico que dio Konrath para explicar el aumento de la longevidad, fue que al preocuparnos por los demás se desactivan las respuestas de estrés de nuestro organismo y se liberan hormonas como la oxitocina que restablece la función fisiológica normal.
Provoca bienestar a nivel mental
Ayudar a otras personas, como decíamos anteriormente, es necesario entenderlo en sentido amplio, es decir, no debemos ceñirnos a personas que conocemos sino que podemos extender nuestra ayuda a otras personas que no conocemos y que lo necesiten.
“Quien hace sufrir al prójimo se perjudica a sí mismo. Quien ayuda a los demás se ayuda a sí mismo”
Cuando realizamos una actividad de ocio, sentimos un bienestar que permanece en nuestro cuerpo y en nuestra mente un rato, pero cuando realizamos una actividad de ayuda a los demás, el bienestar mental se prolonga en el tiempo, porque la alegría y la gratitud que nos va a transmitir la otra persona es algo que permanece en el recuerdo.
Aumenta la autoestima
Cuando ayudamos a otra persona y sentimos su agradecimiento, la opinión que tenemos respecto a nosotros mismos, nuestra autoestima aumenta. Es una satisfacción inmensa sentir cómo se valora nuestra ayuda y es un regalo para nuestra autoestima. Nos sentimos útiles, sentimos que hemos hecho algo con un valor.
Quien ayuda se convierte en una persona más positiva
Ayudar a otros genera sentimientos positivos de alegría y felicidad, a sentir que el vaso está medio lleno y no medio vacío. Ser caritativo te hace ser una persona más optimista. Los pensamientos positivos que se generan cuando ayudamos a alguien son la fuente de nuestra sensación de felicidad.
Por lo tanto, la ayuda a otros, el tender una mano, ayuda a los demás y también nos ayuda a nosotros mismos, a ser mejores personas, a ver el mundo desde otra perspectiva y a ser más felices.
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”.
Madre Teresa de Calcuta-
AYUDAR EN LUGAR DE JUZGAR.
¿Cuántas veces vamos por la vida opinando sobre los demás? Pareciera que juzgar es el deporte favorito de muchas personas, ¿también es el tuyo? Quizás ni siquiera te has dado cuenta porque es algo que hacemos casi en modo automático.
El problema con esto es que no ayudas ni a quien juzgas ni a ti. Piensa en cuántas veces has perdido o afectado una relación a través de los juicios y críticas realizados. Esta vez te quiero hablar de la otra cara de la moneda: la crítica objetiva. Verás que no es tan difícil ayudar en lugar de juzgar.
La diferencia entre criticar objetivamente y juzgar
Hay que tener claro que no es malo dar nuestra opinión cuando es un comentario muy simple y sabemos que es decisión de la otra persona tomarlo en cuenta o no. A su vez, juzgar es dejar caer una crítica negativa sobre la vida ajena. Esto es destructivo cuando la otra persona comienza a sentir que lo que hace está mal sin un razonamiento lógico.
La diferencia entre juzgar y criticar objetivamente se basa en los argumentos que sostienen tu opinión. ¿Conoces todos los factores involucrados o solo hablas desde la superficie? ¿Lo que dices daña o ayuda a la otra persona?
Antes de ver la vida de los demás, fíjate en la tuya
Vamos por la vida escuchando y viendo a los demás, luego nos es muy fácil dar nuestra opinión. Antes de abrir la boca la siguiente vez piensa cómo va tu vida. No lo tomes a mal, mejor ve esto como un ejercicio de autoevaluación.
No gastes tu tiempo
Usualmente nos quejamos de que no tenemos tiempo para hacer lo que deseamos. El problema real no es la falta de tiempo, el problema real es que usamos mal nuestro tiempo. Cuando dedicas tiempo a juzgar a los demás, pensar en lo que hacen y por qué está mal te estás distrayendo.
Para empezar, si no te han pedido tu opinión seguramente es porque no les interesa del todo o están bien. Entonces, ¿por qué no te concentras en hacer algo por ti? Seguro que si alguien quiere saber lo que estás pensando te lo preguntará en el momento. Deja de desperdiciar energía pensando en cómo debería ser la vida ajena y concéntrate en lograr la vida que quieres. Juega con tus hijos, sal con tus amigos o lee un buen libro.
Que los prejuicios no te estorben
Los prejuicios son un gran problema en nuestra sociedad. Los prejuicios nos limitan como personas y nos dan una falsa sensación de lo que es correcto y lo que no. ¿Juzgas basado en prejuicios? ¿Qué tal si la persona que ahora juzgas por ser distinta a lo preestablecido, termina siendo tu mejor amigo?
Tengo un amigo que durante varios años vivió en Estados Unidos y desde muy joven se hizo tatuajes. Al día de hoy tiene más de 15 y nunca tuvo problemas hasta que se mudó de país. A pesar de que antes tenía un empleo muy bien pagado y cuenta con gran experiencia, ahora mucha gente evita contratarlo por los tatuajes.
Esto está basado en un prejuicio que es totalmente infundado. Ni todas las personas con tatuajes son delincuentes ni todos los delincuentes usan tatuajes. Algunas ideas de nuestra cultura nos ayudan a crear una identidad personal y social. Otras crean un barrera que nos impide ver más allá de lo exterior. No temas romper lo convencional y ver a los demás desde un ángulo distinto.
¿Cómo ayudar en lugar de juzgar?
Cuando dedicas tu tiempo a juzgar no ayudas a los demás, ni a ti. Es imposible que alguien que solo busca lo negativo sea feliz. En lugar de esto, concéntrate en ser una compañía y apoyo para tus seres queridos. En realidad no es tan difícil. Se trata de ser un soporte y no una piedra en el camino.
Por ejemplo, si a tu hermano se le descompuso el auto, en lugar de criticarlo por no darle mantenimiento, pregúntale si necesita que lo lleves a algún lugar. Si te es posible, hazlo. De paso le puedes sugerir que sea más cuidadoso con su auto, pero sin darle un número infinito de lo que hace mal.
Por lo tanto, en lugar de juzgar intenta ayudar a las personas que tienes alrededor. Deja a un lado las críticas y apreciaciones negativas, deja de focalizarte en lo negativo y busca la forma de expresar aquello a mejorar desde lo positivo y la ayuda a los demás.