Estamos perdidos, confundidos, estamos rodeados de tanto hipopótamo, que se nos olvida que todos tenemos una jirafa que nos conoce, nos cuida, y nos quiere sin condiciones…, o lo que es peor creemos que ese hipopótamo arrogante que nos quiere regalar los oídos con palabras vacías y comunes algún día se convertirá en «nuestro hipopótamo perfecto» ese que nos conocerá y atenderá nuestras necesidades emocionales. Estamos ciegos, al pensar que porque una jirafa sea una jirafa, y no pertenezca a nuestro entorno ya no lo podemos querer, o simplemente tomarlo, ya no como una opción, sino como una prioridad. Quiérete y cuando eso ocurra, verás como dejarás que te «Quieran como una jirafa».
Y como diría Pablo Arribas:
¡Sal de tu Hipopotamismo!