Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo.
Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno sólo, la verdad sigue siendo la verdad”.
.- MAHATMA GANDHI.-
Puedes ser muchas cosas a lo largo de tu vida pero siempre, SIEMPRE se tu mismo. No permitas que nadie ni nada cambie tu esencia, eso que solo tú eres y que nadie más puede ser por ti. Eso que te hace ser único e irrepetible. Como dice Mariela en uno de sus libros «nadie es indispensable, nadie es sustituible». Puedes sustituir las piezas de tu carrocería pero no cambies el motor, porque entonces ya no serás nunca más ese coche, quizás te veas más nuevo, más moderno pero ya no serás el mismo. Tu rugido será distinto. Y yo francamente como la mayoría de los mortales somos personas de costumbres y si nos cambian el motor ese molesto o agradable ruídito que tenemos instalado en nuestro oido al conducir ya no será el mismo y oh! estaremos perdidos. Habrá que iniciar todo un dispositivo de «punto de restauración».
«No te consideres más de lo que se es. No te consideres menos de lo que se es»
No cambies tu esencia pero transformala, mejórala, moldeala con tu aprendizaje, tus experiencias. Asumir la responsabilidad que tenemos es un paso para esa transformación. Se trata de crecer hasta alcanzar tu propia talla, tu propia altura, estar ahí sin hacerte más pequeño ni más grande de lo que eres, estar aquí sin disfraces, sin máscaras, un gesto de humildad, en el doble sentido que este término tiene. No te consideres más de lo que se es. No te consideres menos de lo que se es.
Y si tú no debes cambiar por nadie, tampoco pretendas cambiar a nadie. «No intentes cambiar nada de mí, ningún rincón de mi ser, no toques mis trastes, mi orden al revés, respeta mis prioridades, no husmees en mis recuerdos, no preguntes por mis viejos amores, ni me pidas cuentas por mi pasado, no averigües de mi más de lo que te quiero contar, tan solo entra, acomódate en mi vida, a lo que soy y a lo que conlleva quererme, besa cada pliegue de mi alma, y barre las cenizas del último cigarrillo al que llamé amor, embriágame con besos de vino tinto, busca un rincón en este cuarto, y hospédate en el motel de mi cuerpo, aferrate y no te sueltes jamás» ¿Lo entiendes? Te hago un hueco en mi vida pero no quieras cambiarla, no quieras pintar ese hueco de otro color, no trates de mover el sofá de su sitio porque si está ahí es porque me gusta, queda bonito o porque me da la gana. No permitas que nadie te cambie. Si te quiere te tiene que querer tal y como eres, con tus defectos y tus virtudes, porque aunque haya muchas cosas de ti, que incluso tú mismo no soportes, que te ponen de mal humor, eso también forma parte de tu ser.
«No tenemos que cambiar nuestra esencia. Sé tú mismo siempre.»
Pero, por suerte o por desgracia tardamos un tiempo en darnos cuenta que «no tenemos que cambiar nuestra esencia» no siempre llegamos a saber que no debemos cambiarnos ni cambiar a nadie, y nos esforzamos, malgastamos tiempo de nuestra vida intentando ser quien no somos. Quiero ser como la modelo que sacan en los anuncios, me sacrifico, me torturo, no como, hago dietas impensables y al final… al final seguiré midiendo 1, 60 y pensando 70 kilos, además el photoshop todavía no lo domino bien del todo, ja!, que horror y ahora a ir a clases de informática… otro cambio en mi vida, NO! Reinicia tu equipo, algo va mal.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodean tienen influencia sobre nosotros pero que nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no debemos compararnos con los demás solo cuando queremos imitarlos para mejorar. No te amargues por las etiquetas que nos van poniendo en nuestro paso por la vida. No intentes cambiarlas.
Las etiquetas non son tan malas, a veces incluso son necesarias y tenemos que recurrir a ellas para que «nos conozcan» (la chica del perro, la mujer de menganito, el taxista de la quinta esquina…), o mejor dicho nos ubiquen en su mapa mental que tienen de nosotros mismos. Pero nunca, NUNCA te olvides que no eres solo esa etiqueta, o solo esas etiquetas. Eres mucho más. Eres todas las etiquetas que tú quieras e imagines. Lo importante es que vivas. Que te mantengas vivo.
Como decía Pablo Arribas en una de sus entradas Quiero vivir la vida con las reglas de la vida, donde unas veces se gana y donde otras se aprende. Excelente! Yo añadiría que tenemos que salir a la vida a jugar con nuestras reglas, con tus reglas, con sus reglas, con las que no comporto pero que tengo que cumplir, pero de cuando en vez, como haciéndole un guiño a la vida puedo saltármelas, y wuau! te sientes un valiente. Recuerdo ahora mismo la cara de ilusión y temeridad de una niña de cuatro años que caminaba de la mano de su madre y al ver pasar un perrito, en un acto de valentía soltó la mano de su madre y corrió a acariciarlo, ¿lo entiendes ahora?, eses son los pequeños actos de valentía que nos identifican, que marcan la diferencia y que te ponen la sonrisa en modo On. No cambies esa autenticidad que te hace único.
No te preocupes en exceso por nada… de cuánto ganas, si ganas mucho más que tu vecino, o que tu compañero de oficina, a fin de cuentas es solo tiempo, no pagas con dinero pagas con el tiempo que has invertido en ganarlo. Los números son solo eso, números… y a final de mes no sabemos si haciendo malabares o un truco de un gran mago conseguimos llegar al siguiente. Hasta a un mendigo le sobraria un centimo para regalarlo o ahorrarlo en la hucha de los sueños o la de los por si acaso, un centímo, piensa, si él puede que no podremos los que tenemos un techo más o menos confortable en el que dormir nuestras vidas. Pero lo más importante de todo esto no es cuál es tu salario, lo más importante es que no te avergüences de cómo te ganas la vida, no importa si eres el gran violinistas de la Orquesta Filarmónica o das un concierto para esas gentes de la calle que ni se dan cuenta que estás ahí haciéndoles más ameno su día, no importa, no te avergüences NUNCA, ni tampoco trates de ocultar si ganas mucho o ganas poco, por falsa arrogancia o falsa humildad. Como decía un buen amigo mío, si tengo el suficiente dinero para comprarme un ferrari no voy a ir a comprar el pan en bicicleta porque no me tachen de preponte, no! error! disfruta de lo que tienes porque la vida es larga y puede que en unos años no tengas ni la bicicleta.
«No cambies pero se flexible»
Lo sé, te estoy diciendo todo el rato «NO CAMBIES» pero también te digo sé flexible, muy flexible, adáptate a cualquier circunstancia y ambiente, me gusta poner el ejemplo de que debemos ser como esa molesta mota de polvo que parece estar en todos los rincones de nuestra casa, por mas que pases la mopa, consigue adherirse al terreno y cambiar de lugar. Fluye. No te preocupes del futuro, ocupate de tu presente buscando ponerte metas que puedas cumplir y luego busca otra más grande. No te preocupes de tu futuro ocúpate de tu presente ya que cada cosa que hagas ahora obtendrá su efecto en el futuro.
Vive! Experimenta!. Disfruta! Observa! sal a jugar al campo de la vida. Pues como bien dice la letra de una canción: Muere lentamente quien camina lentamente entre la gente sin mirar y no la puede ver. Muere lentamente quien no sabe aceptar nuevas ideas que no sean las suyas. Muere quien no prueba la pasión. Quien no escucha nunca el propio corazón. Quien se deja detener por no querer pensar. Muere quien no arriesga nada. Quien por no meterse en líos nunca ayuda. Muere lentamente quien por miedo a lo sentimientos nunca se enamora. Quien ve de frente un océano y no llega a creer en la eternidad. Quien no sabe vivir con curiosidad. Quien con mil dudas no sabrá escoger.
Has de saber que siempre decidirás por una cosa o por la otra pero aprende a decidir, tómate un tiempo pero no tardes demasiado porque lo que pudieras elegir podría ya no estar o no ser.
Pero de todo lo que te he dicho, no olvides lo más importante:
«Siempre, sé tu mismo»