A veces tenemos que tomar vacaciones de nosotros mismos, desviarnos del camino sólo para retomar nuestras viejas pasiones, desempolvar lo que nos hace felices, dejar de preocuparnos, llenar el alma de esperanza y entonces… volver al camino.
Mariani Sierra
Recuerdas los tiempos en que estabas aprendiendo a conducir con los cambios manuales. Tenías tres pedales para tan sólo dos pies. Lo primero que tuviste que hacer fue tomar consciencia de la complejidad del problema ¿qué hago primero? Soltar el embrangue lentamente y apretar el acelador rápidamente, pasar el pié derecho para el freno… ¡Cuántas cosas a la vez! Es imposible… había sacudidas, se te calaba el coche pero… ¡de repente!, después de muchas equivocaciones y errores te montas en el coche, lo enciendes y sales conduciendo sin más ¿Qué ha pasado? Lo que ha sucedido, es que desde ese momento, has empezado a conducir con «embrague manual». Has dejado de ser consciente del problema, después de muchas dificultades superadas simplemente has puesto en marcha el coche. Y eso está bien, superar la parte consciente de los problemas, pero el problema real es que en la mayoría de las parcelas de nuestra vida vamos con el piloto autómatico encendido; sin ser conscientes.
Hoy te invito a que vuelvas temporalmente a ser consciente. A qué tomes las riendas de tu vida, la física y la emocional, a qué te desvíes del camino trazado por tu piloto automático. Te invito a qué te redescubras, a que te reconozcas, a que vuelvas a retomar tus sueños, a qué vuelvas a preguntarte ¿qué es lo que me hacía feliz?
Es absolutamente necesario suicidarse cada cierto tiempo. Huir de uno mismo, perderse, levitar, ayunar, sentir el cuerpo vacío, agotado, dolorido. Mudar de piel, beber, vomitar, tocar fondo, follar con desesperación y luego no recordar nada. Estar ausente de todo. Para después, aferrarse a la vida. Reencontrarse. Vestir colores pastel, andar a paso ligero y sonreír a los vecinos cuando te saludan en la escalera.
– ¿Qué tal estás, preciosa?
– Jodidamente bien, gracias.
Ana Elena Pena, sangre en las rodillas.
El objetivo de este desvío en nuestro camino, es que te tomes unas vacaciones del ti de todos los días, la idea es aprender, cambiar, inspirarse, evaluar y salir de nuestra zona de confort para seguir aprendiendo, mejorando, avanzando y creciendo. Merece la pena. Te invito a que quites temporalmente tu piloto automático, con la garantía de que cuando vuelvas a tu camino, será sintiéndote pleno y renovado al volante de tu vida.
Cierra puertas para avanzar. Camina.
El primer paso que tenemos que dar para recorrer este nuevo camino nos obliga a cerrar puertas. Cerrar puertas es imprescindible para poder avanzar. El estancamiento, con frecuencia, se produce por aferrarse a un pasado que no hemos sido capaz de zanjar, por falta de ganas, interés, tiempo o fuerzas. Cerrar puertas es como vaciar los cajones, esos cajones que día a día vamos llenando de cosas innecesarias, en el que todo está desordenado y en el que no queda ya espacio para las nuevas cosas, las útiles, las de nuestro presente. Es, por ello, que cada cierto tiempo tenemos que vaciar nuestros cajones, hacer una limpieza de toda nuestra «basura emocional», y llenarlos de cosas positivas que nos aporten felicidad en nuestro momento actual, pero ¡ojo! no te olvides de ir vaciando, y llenando, vaciando, y llenando… es un proceso constante, de cambio, pues lo que hoy me puede resultar útil en un futuro, quizás no muy lejano, me resulte del todo inservible. Reflexiona, dedícate tiempo a «vacíar», a aceptar lo que no pudo ser, y a olvidar lo que fue. Vacía tus cargas y deja hueco para lo nuevo que está por llegar.
El segundo paso es muy sencillo: Camina. Simplemente camina, camina, camina. No te canses nunca de caminar, pues es ahí donde está el motor que nos empuja a saber quiénes somos y hacia dónde queremos llegar. No se te puede olvidar que, como dijo Eduardo Galeno «caminar vale la pena aunque te caigas», a lo largo de tu vida te caerás muchas más veces de las que quisieras, e incluso pensabas, pero la valentía reside en no rendirse nunca. Sé valiente y sigue caminando. Aunque te caigas, levántate y sigue. Sigue caminando con la mirada puesta en el horizonte y con la certeza de conocer bien de que está hecho el suelo qué pisas, el suelo en el que te has caído. Sacúdete el polvo del camino, cúrate las heridas y sigue caminando. No has de olvidar nunca, que no hay herida que el tiempo no haga cicatrizar. Los daños no son suficientes para derrotar a todos aquellos valientes que conocen la posibilidad de la cicatrización.
«Las heridas se cosen
con las agujas del reloj»
Deja el pasado atrás y sigue caminando ¿díficil verdad? Sobre todo si llevamos mucho tiempo caminando con el piloto automático. Pero inténtalo, el mundo te ofrece una infinidad de opciones y caminos en los que siempre puedes volver a empezar. No importa cuántas veces te hayas caído, caerse significa volver a empezar. Pero recuerda lo más importante de todo: Nunca te detengas en tu camino.
«Lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en él»
Paulo Coelho
A todos, nos cuesta mucho esfuerzo conseguir que el pasado sea solamente aquel sitio donde mirarse para saber que ya no somos los mismos. Nos cuesta mucho esfuerzo sentarnos a reflexionar y darnos cuenta de que ya no somos los mismos, que ya no podemos mirar lo que fue desde la perspectiva de lo que es, desde el presente, porque el mundo sigue y tenemos que seguir con él.
«Si usted me conoce basado en lo que yo era un año atrás,
usted ya no me conoce más. Mi evolución es constante.
Permítame presentarme nuevamente».
Sé que resulta fácil decirle a alguien, decirte: solo tienes que olvidar y pasar página. Sé, que en la práctica, esto es mucho más complicado, porque eres tú el que has sentido, sufrido y vivido, por lo tanto solamente tú eres consciente de lo que supone vaciar ese cajón de recuerdos sin usar. Pero no te olvides de algo, tú eres el único protagonista de tu vida. Tú escribes tu guión. Y en la vida se escribe, se borra y se reescribe. Eres tu propio libro. Te reescribes, te subrayas, te agregas páginas, te arrancas otras aunque te duelan. Y dejas en blanco una última hoja, siempre.
Siempre me ha gustado esta frase que dice «la vida es como andar en bicicleta: si quieres mantener el equilibrio… ¡hay que seguir avanzado!. Permíteme que insista… camina, camina, camina… y acuérdate siempre, de que lo que dejes atrás hoy te lleve a donde quieras estar mañana.
Piensa en lo lejos que has llegado, no en lo que te falta por recorrer. Quizás no estés donde quieras estar, pero tampoco estás donde estabas antes. Espera quieto y tranquilo un viento que valga la pena para emprender el vuelo. A veces hay que pasar por caminos difíciles para llegar a destinos maravillosos. Y recuerda, si el camino es difícil es porque vas en la dirección correcta. Algunas veces, para llegar al lugar indicado, hay que caminar solo. Pero una cosa está clara, si quieres avanzar tienes que soltar la maleta de la culpa, del miedo, del resentimiento y del juicio.
«Finalmente tomó coraje y se fue. Ella iba cargada de frustraciones
y heridas, pero con una pizca de libertad guardada en el zapato»
Leunam
Toma consciencia, en estas vacaciones de ti mismo, que el mundo te romperá el corazón de todas las formas imaginables. Eso está garantizado. La vida nunca es justa pero debes afrontar los golpes y seguir adelante. Y cuando tengas el corazón roto, tendrás que volver a construirlo y, no solo eso, tendrás que volver a confiar y esa es la parte más difícil. A pesar de todo esto, aunque la vida rompa todas tus ilusiones debes seguir soñando ¿sabes por qué? Porque si no te ilusionas, porque si no sueñas, por que si no amas ¿qué clase de vida estarás viviendo? ¿para qué quieres una vida si no la estás aprovechando? No se puede vivir con miedo toda la vida. La vida es así: te caes, te levantas y te vuelves a caer. Pero, si ni siquiera te mueves por temor a caerte, en realidad, ya te has hundido.
No todo tiene explicación.
No todo tiene respuesta.
No todo tiene sentido.
No todo es lógico.
Aprende a vivir con eso.
Pero recuerda… vacíate y camina, camina, camina…
Súbete al tren de la felicidad
El tercer y último paso en este nuevo camino que ya has empezado a recorrer te va a conducir hacia el tren de la felicidad, un tren con paradas, con muchas paradas, sólo tienes que tener la osadía de subirte. La vida es un camino lleno de trenes y cada día es una nueva estación en la que podemos decidir cuál coger. No te creas esa manida frase de «has dejado pasar el tren de tu vida». No. Vivimos en un mundo en el que cuando se cierra una puerta, se abren cinco, cuando una oportunidad se te escapa, aprendes y tras ese aprendizaje, aparece otra mejor, así durante toda tu vida. Esos trenes que crees, que te dicen que se esfumaron para siempre, han de volver a su estación de origen. No olvides nunca, que la vida es cíclica y cambiante, y que nada es determinante, que las cosas no son blancas o negras, o lo coges o lo pierdes. No. En cualquier momento, en cualquier rincón, en cualquiera de tus caminos, puede pasar uno de esos trenes cargados de felicidad, de entre los muchos que cojerás a lo largo de tu vida.
Piensa en lo que te hace feliz, en lo que te pone una sonrisa en tu rostro y lucha por ello. Vamos ¿a qué esperas? ¡Encuentra tu felicidad!, o como quieras que le llames a esa sensación que te hace estar en paz contigo mismo. Encuetra tu paz interior, ¿qués es la paz?. Para mí, la Paz es esa sútil certeza de que Nada te sobra y Nadie te falta.
«Y no me refiero a hacerme millonaria y a vivir feliz comiendo perdices. Me refiero a llegar un punto en la vida en que pueda pararme, echar un vistazo a mi alrededor, suspirar con alivio y pensar: ahora estoy donde quería estar»
– Donde termina el Arco Iris
Podríamos decir que la vida es un maravilloso cúmulo de casualidades donde la felicidad puede esconderse en cualquier rincón, en cualquier cosa, en cualquier persona. Sólo tenemos que ser lo suficientemente receptivos para poder verlos, para ir tras ella. No es un truco de magia sino de apertura mental, para ello tienes que salir de tu zona de confort, abrirte a nuevas puertas. Si uno es consciente de que merece ser feliz, tiene que serlo. La vida simplemente sucede y hay que subirse a ese tren para experimentarla al máximo. Solo tienes que subirte al tren, con la apertura de quien es humilde y no espera nada, pero en verdad lo sueña todo.
Inhala y exhala el éxtasis más poderoso de este universo… SENTIR. La vida es un instante en que nada es imposible. Todo es difícil hasta que se logra, todo da miedo hasta que se conoce. Todo importa poco, hasta que se pierde. El mundo es redondo y cualquier lugar que podría parecer el fin, puede ser el principio…
Supera el miedo, el miedo a la decepción, al fracaso, a los cambios, a perder… porque lo único que consigue el miedo es paralizarnos, actúa como una fuerte e indestructible barrera que nos aleja de todo posibilidad de éxito, toda posibilidad de subirnos a nuestro tren de la felicidad.
«En la vida ni se gana ni se pierde, ni se fracasa ni se triunfa. En la vida se aprende, se crece, se descubre, se escribe, se borra y se reescribe; se hila, se deshila y se vuelve a hilar»
Anna Cecilia Blum
Aprende que las cosas pasan cuando tienen que pasar. Ni tarde ni temprano. Que dar todo no significa que recibirás todo. Que una buena siembra no significa una buena cosecha. Que los momentos son cortos y por eso hay que disfrutarlos. Que el amor no se puede forzar y llega cuando menos lo esperas. Aprende que la vida es cuestión de vivirla con amor, valores y fe.
Y por favor, para ser feliz…. Sé de las personas que dicen SI, porque ya sé que has aprendido a decir que No. Qué linda la gente que sí. Que sí quiere. Que sí puede. Que sí intenta. Que sí arriesga. Que sí se atreve a volar. Al final no cuenta tu capacidad intelectual, sino la capacidad de gestionar emocionalmente las circunstancias de tu vida. Ojalá, que tus sueños pesen más que tus excusas. Lo único imposible es aquello que no intentas.
Cree en ti mismo
& verás los resultados.
Que nunca te falten vagones para alcanzar tus sueños. Con la experiencia de tu aprendizaje puedes retomar los trenes de tu vida con más valentía y entereza, porque ahora, después que has recorrido este viaje ya puedes empezar a usar los trenes de la felicidad para recorrer una existencia mucho más fuerte, más valiente, y más feliz. Haz un buen balance sobre tu «recorrido vital» trazado hasta el momento, sobre tus vacaciones de ti mismo. Se trata de que fluyas, de que cambies, que camines paso a paso hacia pequeños cambios, nuevos rumbos, nuevas gentes, nuevos pensamientos, nuevas emociones. Todo ello te aportará decenas de vagones nuevos de felicidad con los que recorrer esos sueños que teníamos, y que por las razones que fueran, habíamos aparcado. Los vagones de tus sueños están esperando a que los recorras con tu realidad. Nunca te dejes convencer por nadie de que tus sueños son demasiado grandes, solo se puede soñar en pequeño.
«Que tus sueños tengan la
valentía que le falta a tus miedos»
Para la mayoría de las cosas importantes, el momento siempre es pésimo ¿Estás esperando un buen momento para dejar tu trabajo, para hacer ese viaje con el que tanto sueñas, para tener un hijo…? Las estrellas nunca se alinearán y los semáforos de la vida nunca se pondrán verdes al mismo tiempo. El universo no conspira contra ti, pero tampoco se volverá loco para apartarte obstáculos del camino. Las condiciones nunca será ideales «algún día» es una enfermedad que hará que te lleves sueños a la tumba. Hacer listas de pros y contras tampoco ayuda.
y no otro…
cuando no te lo esperas.
Ese, es el momento perfecto.
Si algo es importante para ti y quieres hacerlo «algún día», hazlo y corrige el rumbo mientras caminas.
Vive, carajo, vive.
Y si algo no te gusta, cámbialo.
Y si algo te da miedo, supéralo,
Y si algo te enamora, agárralo.
Tengo que, nunca es un buen comienzo. No hagas nada que empiece con esas palabras.
Quiero/amo/me flipa/puedo… es la mejor manera para construir tus frases, tus días y toda tu vida.
Y… permíteme un último consejo; quiérete y deja que te quieran. Pero no dejes que vuelvan aquellos que ya partieron, no eres la terminal de un aeropuerto esperando vuelos, reencuentros y besos. Eres el avión, así que toma el control y vuela lejos, sé libre. Pero sobre todo sé feliz.. Debes decidir, que es tiempo de emprender nuevos rumbos, nuevos amores, nuevas ilusiones, nuevos sueños. Es tiempo de conocer y entender que es tiempo de avanzar. Hay momentos en que la vida te coloca a la misma distancia de huir o quedarte para siempre. Es importante, que recuerdes que si crees que puedes ya estás a mitad de camino. Se paga un precio por ir tras los sueños, pero se paga un precio más alto por quedarte en el mismo lugar. Vive de instante en instante porque eso es la vida.
A los que buscan
aunque no encuentren
a los que avanzan
aunque se pierdan
a los que viven
aunque se mueran
Recuerda algo muy importante: para descubrir cómo se nada en el mar, hay que salir de la pecera. Pero como te digo siempre, de todo lo que te he dicho hasta el momento, hoy, hazme caso sólo en una cosa y…
Tómate unas vacaciones de ti mismo.